El Exit Tax y la migración fiscal desde Francia a Andorra
En un contexto de creciente movilidad internacional y planificación fiscal transfronteriza, los gobiernos han reforzado sus mecanismos para evitar la erosión de sus bases tributarias. En este escenario, Francia ha implementado un régimen conocido como Exit Tax, diseñado para disuadir la salida fiscal y salvaguardar la recaudación derivada de plusvalías latentes.
¿Qué es el Exit Tax?
El Exit Tax es un impuesto de salida que se aplica sobre las plusvalías latentes. Fue introducido en 2011 en Francia y reformado en varias ocasiones. Su función principal es gravar esas plusvalías latentes sobre determinados activos financieros cuando un contribuyente traslada su residencia fiscal fuera del territorio francés.
Inspirado en modelos similares aplicados en Alemania o los Países Bajos, el objetivo del Exit Tax es evitar que personas físicas se trasladen a jurisdicciones con fiscalidad más ventajosa, como Andorra, para enajenar sus activos y eludir el pago del impuesto sobre las plusvalías en Francia. En este sentido, tanto el Consejo de Estado francés como el Tribunal de Justicia de la Unión Europea han confirmado la compatibilidad del Exit Tax con la libre circulación de personas dentro del espacio europeo, siempre que se garantice un diferimiento efectivo y no discriminatorio.
Ámbito de aplicación
Este impuesto de salida afecta a personas físicas que cumplan con los siguientes requisitos:
- Residencia fiscal previa: haber sido residente fiscal en Francia durante al menos seis de los diez años anteriores al cambio de domicilio.
- Importancia de los activos: poseer, al momento del traslado, participaciones significativas en empresas, valoradas en más de 800.000 euros, o una participación directa o indirecta de al menos el 50 % del capital social de una entidad.
Los activos sujetos al Exit Tax incluyen acciones, participaciones, valores mobiliarios, derechos vinculados a opciones sobre acciones y beneficios derivados de planes de acciones gratuitas.
En lo referente a la base imponible, se calcula sobre la plusvalía latente, es decir, la diferencia entre el valor de mercado de los activos al momento del traslado y su valor de adquisición o valor fiscal inicial. La tributación se realiza conforme al régimen general de plusvalías mobiliarias, ya sea mediante la flat tax del 30 % (que comprende un 12,8 % de IRPF y un 17,2 % en cargas sociales) o, si así se opta, a través del régimen progresivo del impuesto sobre la renta, con posibilidad de aplicar reducciones por tenencia prolongada de los activos.
Diferimiento del pago
Uno de los aspectos más relevantes del régimen del Exit Tax es la posibilidad de diferir el pago del impuesto:
- Traslados dentro de la UE o hacia países con acuerdos de asistencia administrativa con Francia: el diferimiento es automático y no requiere garantías.
- Traslados hacia terceros países: el diferimiento está condicionado a la constitución de garantías adecuadas, como avales bancarios o hipotecas, para asegurar el pago potencial del impuesto.
El diferimiento se mantiene mientras no se materialice la plusvalía (por venta, donación, fallecimiento o transferencia a estructuras opacas como trusts). En caso de retorno a Francia dentro de los cinco años posteriores a la expatriación (dos años para salidas posteriores al 1 de enero de 2019), y siempre que no se haya realizado la plusvalía, el impuesto puede quedar exonerado.
La Ley de Finanzas de 2019 de Francia redujo el período de vigilancia fiscal de 15 a 2 años (o a 5 años si el valor de los activos supera los 2,57 millones de euros), buscando un equilibrio entre competitividad fiscal y control frente a prácticas abusivas.
Claves para una planificación fiscal eficiente
Para quienes consideran trasladar su residencia fiscal fuera de Francia, y especialmente al Principado de Andorra, resulta imprescindible anticipar las implicaciones del Exit Tax mediante una planificación fiscal y patrimonial rigurosa. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Evaluar con precisión la valoración de los activos sujetos al impuesto.
- Determinar la aplicabilidad del diferimiento automático o la necesidad de garantías.
- Planificar la eventual realización de activos en el nuevo país de residencia.
- Analizar los convenios bilaterales de doble imposición aplicables.
- Contar con asesoramiento legal y fiscal especializado antes de efectuar el traslado.
El régimen de tasa de salida de Francia (Exit Tax) refleja una tendencia internacional hacia una fiscalidad más estricta para personas de alto patrimonio con movilidad global. Si bien ha experimentado ciertas flexibilizaciones, sigue siendo un elemento determinante en cualquier estrategia de expatriación.
Con una comprensión adecuada de la normativa y un asesoramiento experto, es posible estructurar una relocalización hacia jurisdicciones como el Principado de Andorra de manera eficiente, evitando contingencias fiscales y asegurando el cumplimiento normativo.
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