¿Es beneficioso para Andorra entrar en un acuerdo con la UE?

El actual proceso para la adopción de un nuevo marco de relaciones con Europa por parte del principado de Andorra es la última etapa de un proceso iniciado hace más de tres décadas. Por ello, para realizar un análisis completo, es preciso primero retrotraerse a los antecedentes de un posible acuerdo. 

De forma esquemática, la primera fase se inicia a finales de los ochenta con las negociaciones para la adopción de un acuerdo con la Comunidad Económica Europea. Esta fase se caracteriza, fundamentalmente, por el establecimiento de una unión aduanera parcial como elemento más destacable, coincidiendo casual o causalmente con la adhesión de España a la Comunidad Europea en 1986, en la que se reclamaba un protocolo específico por su frontera con Andorra.   

Desde ese momento, Andorra queda situada entre dos países miembros de la Unión Europea. Este hecho propició sin duda el inicio de negociaciones con la Comunidad Europea para fijar el papel de este microestado entre dos referentes de la Unión.   

La segunda fase se impulsa durante la primera década del siglo XXI, en la que Andorra aspira a profundizar las relaciones con la UE en ámbitos como la educación o el medio ambiente, entre otros. Este proceso culmina con el Acuerdo de Cooperación y el Acuerdo en Materia de Fiscalidad de los Rendimientos del Ahorro, ambos de 2004. 

Tras la crisis financiera de 2008, Andorra debe enfrentar sugerencias internacionales en la UE para promover un nuevo mecanismo de intercambio de información fiscal. Esto supone el fin del secreto bancario y, a su vez, demanda que el estado inicie un proceso de apertura económica y homologación internacional. Dicho escenario propicia el Acuerdo Monetario de 2011, que afecta al sector financiero y el blanqueo de capitales, el acuerdo relativo al intercambio de información de cuentas financieras firmado en 2016. 

Los hechos mencionados, en su conjunto, impulsan finalmente diversos convenios bilaterales, con el fin de evitar la doble imposición y cuya inercia ha perdurado en el tiempo. En el presente, Andorra tiene vigentes 17 convenios de no doble imposición. 

En el proceso de acercamiento a Europa, el momento actual corresponde a la redacción de los acuerdos políticos alcanzados, que darán forma al texto del acuerdo marco de asociación. Es decir, es el inicio de una cuarta fase, marcada principalmente por la participación de Andorra en el mercado interior europeo. 

En un próximo artículo, analizaremos las ventajas de este mercado para un país como el Principado de Andorra y las posibles contrapartidas de este ascenso. Responderemos además a algunos interrogantes que necesariamente debemos hacernos, tales como ¿hasta qué punto el mercado único supone una oportunidad para el tejido empresarial local? ¿Es atractivo el mercado andorrano para una inversión extranjera que logre el anhelado y recurrente sueño de la diversificación de nuestra economía aún basada en sectores tradicionales y ya maduros?